14 de octubre de 2013
UncategorizedComo quien buscase un objeto de valor en un vertedero.
Sólo dejé el título de una entrada sobre aquello, nunca me atrevía a escribir en público todo lo que dolió la ruptura, aunque por derramar, derramé litros de un compuesto mágico hecho de lágrimas, acrílicos, carbón y tinta.
Cuando apenas llevábamos meses, cuando era todo bonito y perfecto… cuando nos deseábamos en cada rincón y sabíamos que pronto nos tendríamos que separar, él me regaló una libreta, una libreta preciosa en la que escribió cosas de nosotros, en las que me dedicaba canciones, pegó fotos e hizo dibujos en un intento de hacer algo que sabía que no iba a defraudarme… Fue uno de los regalos más bonitos que nadie nunca me ha hecho, la libreta tenía muchas hojas en blanco y me invitaba a que la escribiésemos entre los dos con nuestra historia…
Yo acepté el reto, con tanta torpeza, que una de las primeras cosas que escribí fue una preciosa poesía del gran Pablo Neruda… antes de escribirla apuntaba: “Ojalá esto nunca nos pase, pero si algún día pasase… esto sería lo que te escribiría…”
Ahora me encuentro con la necesidad de hacerlo…
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
mi alma no se contenta con haberla perdido.
El día que nos separamos, después de haber estado juntos 3 años y 3 meses, con 2 años de convivencia, nos despedimos con un pico y un abrazo, yo no me esperé en el aeropuerto para verle partir, para acompañarle en los últimos momentos de su vida en Elche. Hasta pasadas dos semanas no me di cuenta de lo que había sucedido… Le perdí… Durante el primer mes le escribía como si aún fuésemos pareja y me tuviese que querer, como si tuviese que serme fiel… El luto por su pérdida fue insoportable…
Él me escribió a los 5 días de marchar tratando de expresar lo raro de la situación… poner palabras a algo extraño que no eres capaz de definir. Me dijo que quería hacerme saber que seguía sintiendo algo, un algo sin adjetivo, un algo de importancia, un algo de miedo y de vacío, ese mismo algo que yo sentiría más adelante cuando él recorría toda Latino-América y yo me quedaba en el mundo que habíamos compartido.
Siempre supimos que no podíamos estar juntos, que lo mejor era lo que había sucedido, pero Dios, qué duro es acostumbrarte… El día antes de partir a su periplo, el 28 de diciembre de 2011 me habló de sentimientos por última vez, abrió su corazón de esa manera tan tierna que le había caracterizado en nuestros días de vino y rosas:
“hola little. solo quería decirte un final adiós porque creo que lo mereces más que nadie, quiero que seas feliz y que no me olvides y que aunque no seamos novios , seguirás siendo algo importante para mi en la vida y espero que yo pueda ser algo importante también para ti. bueno ya me despido. be happy little. y suerte con todo. y hablaremos algunos de los días cuando ya yo este en México o algo y me contarás qué tal. Un besito xxxx”
Me agarré a estas palabras como si mi vida dependiese de ello… Las repetí infinitamente… Efectivamente nos perdimos de la noche a la mañana. Durante meses y meses fui incapaz de acercarme a un hombre de verdad, no quería que me pudiesen dar placer o cariño, estaba despechada, herida y era peligrosa… Me perdí cosas, o no. Y aún, sus fechas señaladas, eran las mías y le busqué, una y otra vez, y no le conseguí…
Hoy han pasado ya casi 3 años, le he vuelto a ver en dos ocasiones como unos tres minutos en total, a veces hablo con él, las nuevas tecnologías es lo que tienen… Le aprecio mucho, quiero que sea feliz, que la vida le sonría y que no le hagan daño, pero:
“Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto le quise”.
Dentro de 12 días haríamos 6 años juntos.
2 de octubre de 2013
Uncategorized19 de septiembre de 2013
UncategorizedTrobava la manera de dir les paraules més boniques al foc…
Cuinava per a deixar clar quant els volia.
I sempre trobava resposta…
Els plats buits.
(Hallaba la manera de decir las palabras más bonitas en el fuego…
Cocinaba para dejar claro cuánto los quería.
Y siempre recibía respuesta…
Los platos vacios.)
9 de septiembre de 2013
UncategorizedA veces hacíamos excursiones también por el barranco, lo bajábamos arrastrando los culos a modo de tobogán, la pendiente era pronunciada, lo es ahora en realidad, porque entonces no existían ese tipo de miedos… A veces aún recorro esos lugares que han dejado de ser tan inmensos y bonitos como entonces, y la nostalgia recorre mis venas.
A veces, en las piedras enormes que había debajo del puente encontrábamos perros muertos, algunos los intuíamos por las patas que quedaban fuera de las bolsas de basura, otras veces estaban ahí tirados, sin bolsa ni nada, recuerdo como si fuera ahora el impacto que aquello causaba en mi… no podía entender aquello… lanzaban a sus perros desde 10 metros al vacío para que chocasen contra piedras y los dejaban ahí, hasta que el paso del tiempo y el Sol abrasador del levante intentaba borrar las pistas de la barbarie, pero nunca pasaba… siempre quedaban los huesos… y la memoria… Ya no he vuelto a ver desde hace mucho… Y no sé si es que casi no paso por allí o que ya no hacen ese tipo de barbaridades.