Cositas que ocupan mis ratos

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Seguro que ya está inventado y se hace o está en prueba y yo no me he enterado, pero da igual, yo lo quiero soltar por si acaso alguien me dice: -Sí, mira, está aquí.

El caso es que me he imaginado que hubiese drones repartidos por el mundo, y que en lugar de ser mediante las fotos de Street View, tu pudieses sobrevolar lugares desde tu casa, la idea tiene bastantes lagunas, entiendo que debería existir en lugares en los que estuviese permitido filmar, y que mediante el geolocalizador se pudiese controlar donde funciona o donde no, pero bueno, molaría mucho decidir qué ver en el planeta.

Es como lo de que la gente llevase cascos con cámara para 360º y que en el momento de la noticia, cuando está pasando, tú pudieses seleccionar qué quieres ver y convertirte en prosumidor, al narrar la historia con lo que a ti te inquieta. Eso lo pensé para las salas de los museos, el caso es que tú cuando llegas al museo decides ponerte el casco, ya no es tu mirada la que compartes, si no que prestas tu cuerpo para que otros decidan qué ver, no entorpece tu experiencia porque tú vas a estar presente en ese lugar como si nada, pero dejarás que otros se conecten a tus cámaras y decidan que quieren ver, siguen sin poder oler las salas, pero la experiencia digital sería más inmersiva.

En el año 2008 precinté una cámara de vídeo casera a mi cabeza y realicé un viaje que repetí durante aquel año como una letanía. Para mi, el descubrimiento de Google Earth fue determinante y de hecho, creo que muchas cosas cambiaron con ese descubrimiento. De pronto descubrí que podía recuperar, o acercarme, a lugares en los que había sido feliz o que me habían removido desde la pantalla de mi ordenador. Al final hay tres cosas que nos hacen que algo nos importe: que hablen de nosotros, que nos emocionen o que nos hagan magia…

Ilustración de una adulta que le dice a una niña, ella misma de pequeña, que no llore, que volverá

El pitjor estiu de la meva vida

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Sense cap dubte fou l’estiu més horrible de la meva vida, no fou sols l’estudi, era també la sensació d’estar abandonant la part salvatge de la meva existència, com si de sobte una força gravitatòria s’hi hagués instal·lat al meu cap i m’estigués enfonsant en una realitat que mai podia haver imaginat que arribaria o almenys que no sabia que seria així.

La majoria d’amigues de tota la vida havien començat a tindre nanos, les converses es centraven en la criança i els embarassos i a Madrid els meus amics, de cop i volta havien començat relacions de parella d’eixes que saps que seran per a quasi sempre… I jo seguia enamorada d’un home que no m’estimava, darrere de fantasmes d’altres èpoques que es materialitzaven en una altra cara preciosa i en un altre cos immens, en una altra olor penetrant.

Tot són excuses d’una realitat que m’assolia, la realitat de fer-te major, la realitat d’estar subjecta a una cadira clavant colzes, la realitat de no haver elegit, la realitat de no saber si podries tornar a mirar als ulls a aquell Peter Pan.

I ara em trobe a menys de 20 hores d’un dels moments més importants de la meva vida pensant en l’estiu del 2016, el pitjor de la meva vida.

I encara i tot saber que ha sigut una experiència que tornaria a viure, em sent com Neo a Matrix o com Rafael Berrio, a Mis ayeres muertos «Todo lo he visto, de todo me acuerdo«, aprendre lleis que pensava que serien inútils i adonar-te de què tot té sentit, seria capaç de cridar i recitar definicions, d’escriure i connectar conceptes sobre educació, web semàntica i patrimoni, al pitjor estiu de la meva vida he aprés a aprendre, a conèixer i valorar-me, potser necessite la vida sencera per a saber si valgué la pena, en principi, demà tinc el segon round, ja vos contaré.

Ilustración de una adulta que le dice a una niña, ella misma de pequeña, que no llore, que volverá

No plores que tornaré, ilustración de Elena Sevilla

03 de junio de 2015

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La Plaza 2 de mayo – Proyectos hermosos que quedaron congelados.

He intentado analizar el porqué, de todos los lugares increíbles que tiene Madrid, los que conozco y todos los que me quedan por descubrir, elegí La Plaza ¿en que momento eliges un lugar para analizar y seleccionas ese entre todos los demás?
Para mi la Plaza se convirtió en un templo, no creo en Dios, pero hay veces que necesito estar bien conmigo, pensar, evadirme, necesito mirar y no ver o viceversa. La plaza para mi es lo más parecido a haber subido una montaña, estar en la cima y mirar todo el camino andado…

En la Plaza te reinventas, y a veces hasta te descubres…

La elegí por ellos.


No le teníamos miedo a volar, deambulábamos por aquellas calles como si fueran los propios pasillos de nuestras casas, los pasos pocas veces nos desviaban del mágico destino final, si acaso hacíamos recesos antes o después en los bares de viejo que tanto nos gustaban, ellos mojaban las aceitunas, cacahuetes, pescaitos y torreznos en yayos y yo los mojaba en cerveza (no me gusta el vermut, porque sí, lleva canela), eran bares que habían visto cambiar las calles de Malasaña entre gritos, murmuros y anocheceres eternos.

Pero siempre acabábamos donde teníamos que estar.

Era el lugar donde podíamos pasar las horas muertas, creyéndonos reyes y mercaderes, soñábamos con aquel Euromillones que nos diese lo que creíamos que nos pertenecía de tanto repetirlo, sabíamos a la perfección como haríamos para darle el mayor y mejor uso a los 100 millones divididos entre los 5.
Podíamos saltar por los tejados de los edificios y así llegar hasta el mar, podríamos haber escrito las novelas más exitosas y haber pintado los cuadros más hermosos.
Y allí estábamos, sentados en el banco de siempre, desmembrando pipas y apagando la sed con esas refrescantes yonqui-latas que Susana se encargaba de reponer antes de que se acabase su contenido.

Siempre comentábamos que en realidad si no hubiese peligro por la multa que te puede caer, la plaza es la mejor terraza de Madrid, con el mejor servicio, y la más económica. Aunque en realidad el servicio de tan atento a veces peca de agobiante, los que venden las latas, acompañados de sus carros de compra y siempre procedentes de China (esto es en la Plaza, porque en otras zonas de Madrid, son de otros países, en Lavapiés, por ejemplo, son de Bangladesh), van dando vueltas a la plaza una y otra vez, cada 5 minutos alguno de los vendedores te pregunta: -¿Selvesa?- Y tú tienes que a cada pregunta responder, -No gracias, aún me queda…- Así una y otra vez, una y otra vez.

Lo que me maravilló de esta plaza desde el principio fue que cabe todo el mundo, un universo de experiencias y vivencias se dan cita en estos 5000 metros cuadrados, como si estuvieses recorriendo el planeta, puedes quedarte ahí sentada, mirando, y ver las peculiaridades de la realidad que habitamos, gente triste y contenta, niños que juegan y ancianos que pasean, infantes que aprenden a caminar, adolescentes que se dan los primeros besos y otros que sueñan con ser Ronaldo imitando sus gestos y celebraciones, hay niñas que quieren ser niños y jóvenes que olvidan con litronas, están los que venden material para evadirse de la realidad y músicos que ensayan los acordes que tocarán en el metro, hay parejas que se dicen cosas debajo de robles con apariencia de pinos. Estudiantes que soportan sus carpetas como adoquines y modernos que pasean sus últimos modelos, turistas despistados que sonríen al pasar y amigos que se reencuentran y abrazan, después de años de separación. Hay muchas nacionalidades distintas que ven al otro como a un igual, los que juegan al fútbol, haciendo de los bancos porterías y dando testarazos de los que hay que salvarse, cada cual tiene sus rasgos, ojos grandes y negros, otros verdes y claros, los hay con los ojos rasgados, blancos como la leche, oscuros de piel, hay pequeños de estatura y grandes de envergadura, verlos jugar es como ver un anuncio de esos que te hacen pensar qué grande es el mundo y qué pequeño eres tú.
Después, o además, están los perros, que los perros tienen amos, amos que parecen perros y perros que se asemejan a sus amos, nos gustaba quedarnos embobados viendo los comportamientos “perriles”, allí sentada observando las relaciones entre ellos pensaba que cómo molaría ser perro, no tener que cumplir esas reglas que nos imponen bajo criterios en los que no creemos ni creeremos… A veces quisiera ser perro para ladrar a aquel que no me gusta y besar y lamer a aquel que acabo de conocer y me ha enamorado.

La vida tendría que ser tan fácil como eso. Como estar en un banco sentado con tus amigos viendo la plaza pasar. Mi vida tendría que ser tan fácil como eso, como la Plaza.

25 de junio de 2014

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El pasado martes 17 de junio finalicé el mural en el Campo de la Cebada, casi un mes me llevó poder decir, lo he acabado, y es que mi mente siempre cree que puede llevar a cabo imposibles, y los imposibles, como su propio nombre indica, no son posibles.
En un primer momento quise envolver el muro con papel, usando cola de carteles, embadurnándolo bien, quería crear la apariencia de caja, como los soportes que últimamente utilizo, pero la obra no duró ni un día, al día siguiente, sin haber acabado la obra, ya se había despegado… eso fue hace un mes casi, y hubo algún intento de volver al Campo, pero sin éxito, o por mi «ajetreada» vida o por percances en mi empeño no ha sido hasta hace justo una semana que he podido enfrentarme a la obra.
EL motivo, aunque uno de ellos en la misma línea que el primero, ha cambiado, el otro mural, el de la tienda de campaña es el inicio de algo que quiero llevara a cabo..
Os invito a que os paseís por el Campo de la Cebada, y no por ver mi obra, que también me gustaría, sino porque realmente es un espacio que merece la pena ser vivido.

25 de marzo de 2014

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Aquellos que saben de quitar, no podrán conmigo,
ya no,
porque no tengo miedo,
no puedes quitar lo que no se tiene.
NO TENGO MIEDO,
ya no.
Dicen que cuando no se tiene nada ya no se tiene ni miedo,
Nada que perder y el mundo entero por ganar.

Me desnudo,
me bajo las bragas y me levanto el vestido,
entonces me preparo,
cojo las tijeras y arranco la larga melena de mi rostro,
me permito quitarme el pelo porque es MÍO
y no tengo que preguntarle a nadie si me da permiso para hacerlo.

No creáis que esto no cuesta…
Me sudan las manos y el corazón me palpita más rápido que nunca.
Pero ya no tengo miedo y puedo hacerlo.

No quiero herir a nadie,
de verdad que no quiero,
sólo pretendo salvarme, salvarme a mí y a los míos…
al final esto consiste en eso, ¿no?

ANDE YO CALIENTE Y RÍASE LA GENTE (Góngora)

Se llama PURGATIVO,
y sirve para purgar, y purgar es:
tr. Limpiar o purificar una cosa, eliminar lo que se considera malo o perjudicial:

18 de noviembre de 2013

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Me siento superada, ha sido como meterte en un túnel del tiempo donde lo malo había desaparecido y todo estaba hecho de buenos y alegres recuerdos, todo lo maravilloso que construimos y descubrimos entonces, aparece justo ahora cuando más lo necesito, se hace eco para asistirme en este arduo viaje que sólo acaba de empezar. Como una estrella polar, seguiré vuestros recuerdos para encontrarme, como hacía nuestro ángel Michael.
La vida en general no nos ha tratado mal, pero aquello supuso empezar a caminar poniendo el listón muy alto, cualquier cosa a partir de ese momento, y lo teníamos todo por hacer, se pondría al lado para compararse y ponerse a juicio, casi nada, en todo este tiempo, ha superado aquello que hicimos, aquello que compartimos, cosas pequeñas e intensas que nos enseñaban todo lo maravillosa que podía ser la vida.
Amé, subí montañas, planté árboles, reí a carcajadas, y aprendí a vivir sin aquello. Se desvaneció. Hoy quiero saber como se definió, como se elaboró, como hicieron Chus y Víctor para poder cumplir ese sueño de todos.
He hecho muchas cosas mal en este tiempo, me olvidé de mirar alrededor y miré demasiado para adentro, traté de ser feliz e hice daño en el intento, ahora me siento perdida, como esta sociedad, falta de valores.
Quiero parar, como ayer mismo me decía Michael: «It’s time to stop and to think what I want, what I really need».
Ahí voy, a parar y a pensar que quiero de mi, qué es lo que necesito y dónde. Tened la certeza de que en cualquiera de esas decisiones, vosotros estaréis presentes para determinarlas, gracias por la ayuda pequeños, os quiero.