
Siempre me había fijado en la tienda canadiense que esté detrás de mi, ese naranja vivo cubierto de un azul inolvidable, esos colores que han sido tan importantes en mi vida, nunca había parado en mi rostro triste y roto.
En este campamento fue la primera vez que me di cuenta de que nacer con un sexo determinado marcaría el resto de tu vida.
Me separaron de mis amigos, chicos, porque era chica, fue la primera vez que me segregaron, y ahí empezó todo…